martes, 2 de diciembre de 2008

La perla de Shanhai


Hoy,en un momento de necesidad por investigar, he decidido pasear por el Pekin madrileño. Necesitaba calmar mi curiosidad respecto a un tema muy cercano, el masaje chino. He acudido a una peluquería, en más de un manual he leído que en China los mejores masajes Tui-Na se reciben en la calle (como en el Retiro los domingos o en la Plaza Mayor), con masajistas que portan sus asientos e incluso sus camillas, o bien en las peluquerías. La casualidad me ha llevado a una peluquería donde no había masajista, pero he visto que durante el lavado las chicas se esforzaban concienzudamente en amasar, presionar, estirar el cráneo y el pelo, así que no podía dejar pasar esa oportunidad. Me han lavado la cabeza, ha sido un verdadero placer y me han cortado el pelo, que la verdad para el precio no ha estado nada mal, puesto que por primera vez un estilista ha hecho exactamente lo que le he pedido. El caso es que en un español de las montañas he intentado entenderme con la chica del lavado, preguntándole si tenían masajista. Me ha dicho que no, pero me ha dado de alguna manera las indicaciones para ir a otro salón donde si prestan el servicio.
Estaba emocionado, por fín iba a probarlo en manos de alguien que no fuera un maestro o un masajista, sino con una persona autóctona que lo hace de forma "artesanal". Es algo que me atrae desde que mi maestra tailandesa me dijo que los mejores masajes se encontraban en la playas y no en los hoteles. Hace unos años un tailandés sin aceite, de estiramientos, sobre la arena caliente costaba un dólar. Según mi maestra eran los más eruditos en la materia. En el hotel pagabas 10 dólares y aparecía un chico o una chica, a no ser que lo pidieras expresamente y te daban un masajito relajante y algo más o bién unos estirmientos salvajes crujiendo todos los huesos, porque sino los turistas se sienten engañados, un click por cada centavo de dólar, en total 100 en una sesión.
Seguir estos consejos me ha sido dificil, pues he estado en Asia en contadas ocasiones.
He encontrado el salón, preparadísimo respecto a la técnica, secadores extravagantes de aspecto extraterrestre y todo tipo de productos en cantidades industriales. Había un par de clientes, un chino fumando, la mayoría de los varones fuman y un peluquero. Mirándome de arriba a abajo, como si yo fuera el primer oriental en Madrid, me ha preguntado que quería. Supuse que tenía que pedir hora, pero no fue así. Llamó a una china realmente hermosa y le dijo algo. Yo pregunté si el masaje de una hora incluía cabeza y piés, es algo que me encanta, que yo hago, pero que no hace tanta gente en Madrid, y menos por ese precio.
He entrado en el baño, siempre tengo ganas de ir al baño durante un masaje, y la verdad, me aseguro de que no sea así para poder disfrutarlo de tirón. En el momento que he encendido la luz he comenzado a sentirme en Asia. La limpieza brillaba por su ausencia, no soy escrupuloso, lo digo simplemente como dato, la eficacia, la competitividad y el espíritu de trabajo está en gran parte en el mundo chino, la higiene no, pero este momento no ha sido el más impactante. Tras acompañarme al piso de arriba la señorita ( luego la describiré) y abrirme la puerta, he entrado en un cubículo de unos 6 metros cuadrados, con un ventanal a una de las calles con más tráfico de Madrid. Decoraba la habitación una camilla de 1.80 por 60 con una sábana milenaria, una sillita infantil donde se sentaba la masajista durante la sesión, un reloj y un perchero, donde me ha invitado a dejar mi ropa.
Yo, ese mismo que comparte mi vida desde hace 32 años conmigo, tan desinhibido, naturista, y desvergonzado, he sentido tras décadas algo que creo recordar se llamaba pudor. Pensé que iba a ser un masaje Tui-Na, como el de la calle, al ser presiones se puede hacer vestido, conociendo muy bien los recatos de oriente no podía dar crédito a que al quitarme la camisa me haya dicho que el pantalón también.
La verdad es que me he sentido desnudo porque conozco el erotismo y la excitación que proboca el vello corporal en personas que sólo lo conocen el lugares del cuerpo explicitamente sexuales. Tengo vello, en vez de cubrirme sentía que me destapaba.
Mientras me desnudaba, ella pacientemente me obsevaba desde el extremo de la camilla donde se coloca la cabeza. La escena parecía un grabado de la dinastía Ming, algo así como un funcionario del estado quitandose un batín negro bordado con dragones mientras la masajista lo espera al lado de su cama.
He alcanzado la comodidad al tumbarme boca abajo en la camilla, ella a comenzado por los hombros y ha sido ese momento del masaje en el cual nos da por pensar a casi todos los clientes.
He realizado un razonamiento dobre lo que estaba pasado, sin duda Asia y en particular las mujeres están cambiando. Me relacioné con muchas japonesas, koreanas,taiwanesas y chinas durante mi carrera en Alemania. Cada cual tenía sus características propias y su forma de evolucionar. Durante mis primeros años, la japonesas vestían rebequitas negras de punto, siempre pudorosas y asustadizas, deseaban quedarse en Europa, intentaban por todos los medios caz (S) ar a un alemán, seduciendoles con su elegancia en el trato y su supuesta sumisión. Años después llegaron las japonesas vestidas de dibujo animado, que adoraban Tokyo como ciudad de vanguardia tecnológica y modernidad. Las coreanas siempre fueron más liberales, se caraterizaban por el granate de su lápiz labial y su tendencia a las pieles reales o sintéticas. Las taiwanesas tienen la elegancia de Japón y la sabiduría china. Las chinas de alguna manera han heredado todas estás formas de modernizarse mirando alrededor. Algo común a todas ellas, al principio huían del sol, era de gente humilde y sin clase, llegue a ver japonesas con guantes en verano. Aun así, algunas no poseían ese color blanco que las hacía más refinadas, sus pieles son aceradas e incluso rojizas. Conforme pasó el tiempo y mi licenciatura se acercaba, fueron buscando el sol, y se tostaron como las europeas, perdiendo la porcela facial. Mi masajista no, en eso reside mi fascinación, tiene la piel como el nacar, y una cara tremendamente oval, es como una perla, de dibujo tradicional.
No daba crédito a que mientras pensaba, ella estaba haciendome un masaje, quizás no con una ténica espectacular, pero con una precision increíble. Dibujando mi masa ósea con sus presiones y pellizcos, apretando con gran seguridad en los puntos que tanto traen de cabeza cuando se está aprendiendo. Puntos que no sólo tienen que ver con la tensión muscular sino también con las zonas donde se genera y acumula la energía como el Tan Tien inferior. Este, es un tanto particular, va del ombligo hasta los genitales, que es el Tan Tien falso, donde se genera la energia "chi" en chino. La parte superior es donde se almacena. La connotación sexual es clara, pero no tiene que ver con el estímulo directo, salvando el caso del Huiyin, que se describe como una cavidad y no un punto, es el perinéo, el espacio entre los testículos y el ano. No la creía capaz de que fuera a poner la mano precisamente ahí, pero lo ha hecho, he pensado que quizás eso se permitía a una mujer dando un masaje o bien que el pudor oriental había muerto (en China durante mucho tiempo se preferían los masajistas ciegos, por poseer mejor tacto y no ver el cuerpo del paciente).
La cuestión es que conozco bien los principios de estos puntos y sé que la excitación sexual tras su estímulo es más que probable. El masaje erótico chino es muy eficaz precisamente por ésto último, no se va a o fácil y rápido para conseguir una erección sino que se construye durante todo el masaje.
Me he puesto en supino, y como no cabía esperar de otra forma, tenía una erección, pero como ya había pasado mi momento de tener pudor, no le he dado la mayor importancia.
Durante el masaje en la pierna derecha ella ha hecho ademán de tocarme y me ha preguntado si quería masaje "ahí", le he dicho que no...pero, mi curiosidad ha sido mayor.
¿ Y si era una de las últimas "Tigresas Blancas" (12 en Taiwan se dice) que extraen el semen de un gran número de hombres para poseer su energía masculina (Yang)? ¿Y si poseía las armas de masaje genital de éstas para que hombres que están preparados para no eyacular eyaculen? Demasiada excitación y emoción, no ha sido una cuestión de "morbo" ( léase la entrada de este mismo blog sobre el temita) o de aprovechamiento total de la relajación del masaje, ya estaba relajado.
Durante la pierna derecha le he dicho que si, y le he preguntado el precio, es un 66.6 periodíco puro % más caro. Así que, he decidido que si. Hasta entonces había experimentado durante el masaje el calor que proporciona, aun teniendo los pies al lado de la ventana no se me han quedado fríos. También el hecho de que estuviera en una habitación pequeña con el ruido del tráfico no había impedido mi relajación, sólo me quedaba por descubrir si sus artes masturbatorias estaban cercanas a lo que yo conozco.
Así ha sido, quizás con menos tiempo del que me hubiera gustado, no por mi descontrol, hago mis ejercicios con el músculo pubicoccigeo todos los días para controlar mi erección y eyaculación (de ésto hablaré otro día).
Según la medicina china todos los fluídos son sagrados, en el caso del esperma no sólo eso, si una mujer lo extrae de un hombre, está incrementa su energía Yang, equilibrandola con su energía Yin (femenina, entre otras cosas).
He vertido mis fluídos en un orgasmo lento y placentero, esto se que es así después de un masaje chino, y más aún si la masturbación es con técnicas específicas. He pensado que quizás, como una "Tigresa Blanca" se pondría mi esperma sobre su cara por sus cualidades para la piel (pura proteína) pero no sé si lo ha hecho porque tras esto me ha pedido permido para salir un momento.
Lo que si sé, y es algo que muchos hombres no entienden, es que me ha dejado descansar con mis eflúvios sobre mi vientre, normal y natural, sobretodo si son tuyos y sagrados, ¿acaso alguien escupe su saliva porque está en la boca?
Me ha limpiado, como nunca nadie lo había hecho, con cuidado, el glande y el prepucio, con una toalla tibia, delicioso.
El masaje ha terminado, una hora exacta, ha comenzado a las y 27 y ha terminado a las y 27. He tenido que pagarle arriba, creo que abajo no se sabe lo que pasa.
Agradable, me ha dicho que soy muy guapo, y es que se que tengo algo para los orientales y para la gente del otro lado del charco.
Una china hermosa, de Shanghai (que por cierto se pronuncia la segunda "h" aspirada) , LA PERLA DE SHANHAI








1 comentario:

Anónimo dijo...

Donde esta esa peluqueria amigo?